Fernando: "Entré en un estudio para probar, durante toda la mañana, chicles de menta. Horroroso. Y tenía que tener el aseo cerca"
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El programa Herrera en COPE, presentado por Alberto Herrera, ha abierto los micrófonos en su sección 'la hora de los Fósforos' para que los oyentes compartan sus experiencias sobre estudios de mercado y pruebas de producto. Entre las numerosas anécdotas, ha destacado la de Fernando, un oyente que relató una de sus vivencias más memorables como estudiante en Sevilla.
Fernando ha contado que, en una época en la que estaba "tieso como la mojama", un amigo le ofreció participar en un estudio remunerado con 10.000 pesetas. "A ver si son cerveza, pero no, eran chicles", ha confesado con humor. El oyente ha recordado cómo pasó "toda la mañana comiendo chicles de menta", una experiencia que, si bien le reportó un dinero muy necesario, también tuvo consecuencias digestivas por el xilitol.
Otros oyentes también han formado parte de la historia de grandes productos. Es el caso de Pedro, quien en 2006 tuvo la oportunidad de probar la Coca-Cola Zero en Berlín, un año y medio antes de su lanzamiento en España. Por su parte, Carlos relató cómo participó en una prueba en la línea del AVE de Sevilla a Madrid a bordo de un tren Talgo, llegando a su destino una hora antes de lo previsto.
La participación en estudios también tiene una vertiente solidaria y científica, como ha demostrado Geline desde Zaragoza. Ella participa en un estudio sobre la ablación de las venas pulmonares para tratar arritmias, para lo cual le han implantado un chip que envía información a un centro médico. De forma similar, Lorena ha contado su colaboración en dos investigaciones médicas: una sobre el diagnóstico del cáncer de mama y otra, más reciente, en el proyecto Corte Cantabria.
Sin embargo, no todas las experiencias son positivas. Patricia ha compartido la historia de una amiga que probó un novedoso aparato de láser para estimular el colágeno en una clínica de estética. La sesión, que prometía resultados espectaculares, terminó con un "dolor horroroso", una quemadura en el trasero y un apagón general en la clínica después de que la máquina se fundiera.
Las anécdotas han sido de lo más variadas, incluyendo a Begoña, que probó estropajos durante tres meses hasta dar con el definitivo, o el hijo de Ana María, un joven de 15 años que fue elegido para probar un videojuego de fútbol y ha acabado ejerciendo de entrenador de un equipo online.
No es la primera vez que el programa aborda este tipo de trabajos extraños. Hace un tiempo, los micrófonos de la emisora también recogieron las profesiones más raras de los oyentes, que dejaron sorprendido al propio Alberto Herrera.
Entre los ejemplos más curiosos se encontraba el de Gema, quien, tras un ERE, tuvo que reinventarse profesionalmente y ahora supervisa el trabajo de la inteligencia artificial en test psicotécnicos. También llamó la atención Faustino, un "sommelier especializado en catas de agua", una profesión que, a diferencia de la del vino, es mucho menos conocida y requiere, según él, "bastante práctica y el paso del tiempo" para llegar a ser un experto.
Además, se mencionaron otros oficios igualmente sorprendentes como catador de comida para animales, probador de colchones, de papel higiénico o de toboganes acuáticos, demostrando que existen salidas laborales que escapan a lo convencional.




